Pintar con rodillo puede parecer fácil, pero con algunos trucos puedes lograr un acabado mucho más uniforme y sin marcas. Aquí te compartimos una técnica que hará que tus paredes queden impecables.
Pasos:
- Prepara la superficie y el rodillo: Antes de empezar, asegúrate de que las paredes estén limpias y libres de polvo. Humedece ligeramente el rodillo con agua (si es pintura a base de agua) o con un poco de disolvente (si es pintura a base de aceite). Esto ayuda a que la pintura se distribuya de manera uniforme en el rodillo y en la pared.
- Carga el rodillo de forma adecuada: Sumerge el rodillo en la bandeja de pintura y pásalo varias veces por la rejilla para eliminar el exceso. Evita sumergirlo por completo para evitar que gotee.
- Aplica en forma de «W»: Comienza pintando una sección de la pared dibujando una gran «W» o «M» sin levantar el rodillo. Luego, rellena el espacio de la «W» con movimientos largos y suaves. Esto asegura una cobertura uniforme y evita que se noten líneas.
- No vuelvas al mismo lugar demasiado pronto: Deja que cada sección pintada se seque parcialmente antes de volver a pasar el rodillo. Si vuelves demasiado pronto, podrías levantar la pintura ya aplicada y crear marcas.
- Mantén el rodillo en movimiento: Para evitar marcas, mantén el rodillo en movimiento continuo. Usa una presión uniforme y ligera en cada pasada para que la pintura quede pareja.
Siguiendo estos consejos, conseguirás un acabado liso y sin marcas en tus paredes. ¡Listo para transformar tu espacio como un profesional!